lunes, 8 de abril de 2013

¡Qué bella bella bella es la iglesia de Parinacota!

El pequeño pueblo de Parinacota tiene el volcán a sus espaldas. Y en Parinacota está una de las iglesias más bellas. Tengo que volver para ver el interior.

Copio parte del texto de la Ruta de las Misiones.


Durante la época colonial Parinacota se desarrolló como punto de abastecimiento para las caravanas de la ruta de la plata de Potosí, adquiriendo su actual traza urbana con influencia española, con 4 posas o altares que enmarcan el poblado y la iglesia como centro organizador.
Original del siglo XVIII, el templo es un tesoro patrimonial de Sudamérica, gran exponente del diseño barroco andino, con atrio cerrado, torre campanario exenta, muros de adobe y piedras, techumbre de par y nudillo y cubierta de paja brava. Los muros interiores de la nave se encuentran finamente pintados con representaciones de distintos santos y episodios de la vida y pasión de Cristo. Destaca la escena del Juicio Final, con elementos muy similares a la pintura que ornamenta otras iglesias principales del ámbito sur andino. En los muros del presbiterio hay representaciones ornamentales con elementos típicos del barroco mestizo, tales como los mascarones de puma, cabezas de ángeles alados, floreros, columnas salomónicas y cuadrifolias.

Par y nudillo (gracias, Biblioteca Luis Ángel Arango, que siempre tiene):
Armazón hecha con maderos con que se cubre una parte del edificio y recibe sobre sí el tejado. Consiste en una figura geométrica: un triángulo isósceles, donde los pares se apoyan en el vértice y reciben el peso del tejado, y los tirantes forman la línea horizontal que se opone  a la tendencia de los pares a separarse.








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