domingo, 12 de febrero de 2012

Paseo a Caral

Ayer nos levantamos bien temprano porque nos iban a venir a buscar en una van para ir a Caral. Estuvo muy bien no ir en un grupo organizado: pudimos hacer el paseo a nuestro ritmo y demorarnos en lo que más nos interesaba. Por ejemplo, los grupos entran por un desvío de la Panamericana que cruza el desierto y nosotros entramos por el camino que bordea el río Supe. De modo que pudimos ver el oasis y pararnos aquí y allá para sacar fotografías.
Hacía mucho calor, muchísimo, y el sol estaba implacable. Pero Caral tiene esa belleza desolada que tanto me gusta. Aquí una muestra.







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